sábado, 17 de abril de 2010

Eusebio Rubio: La paidofilia en la Iglesia católica


16 de abril de 2010. La serie de escándalos suscitados en una multitud de países sobre los abusos sexuales de sacerdotes de la Iglesia católica ameritan reflexión. Lo que debería de ocurrir, según mi criterio, en las sociedades donde la Iglesia Católica tiene presencia, entre los profesionales de la conducta humana, especialmente los especialistas en sexualidad humana y, sobre todo, entre los mismos responsables de la conducción de esa Iglesia.
Nada de eso parece estar ocurriendo. Las condenas de la sociedad a los sacerdotes criminales, y el escarnio social ante la manera de reaccionar de la jerarquía de la Iglesia católica ante las evidencias son entendibles y justificables por la identificación simpática con las víctimas. Parece dominar la reacción de la mayoría.
Pero la Iglesia en cuestión se debate entre encontrar culpables (las mismas víctimas, la homosexualidad, el relajamiento de las actitudes sociales ante la sexualidad, etcétera) o negar lo ocurrido llegando a acusaciones imposibles a las mismas personas que han sufrido los abusos.
Esta situación casi increíble culminó con declaraciones del secretario del Vaticano, Tarcisio Bertrone, en el sentido de que el problema real era la homosexualidad de los sacerdotes agresores de menores.
La curia mexicana, para no quedarse atrás, culpó de la ocurrencia de los problemas de abuso sexual en su propio seno a las actitudes ante la sexualidad de la sociedad actual, así como del manejo inadecuado que su jerarquía católica ha dado a este problema durante décadas.
Afortunadamente la sociedad actual es más receptiva del conocimiento, más aceptante de la realidad, más pragmática y más respetuosa de la diversidad sexual humana.
Lo más grave de este problema, desde la óptica de alguien que está dedicado a la ciencia, y en particular de la conducta sexual humana, es la sistemática negación y oposición de los jerarcas de esta Iglesia a entender y actuar en consecuencia ante el saber científico que los últimos 30 años se ha acumulado en el área de la sexualidad humana y sus conflictos.
No es tan sorprendente, si uno compara esta reacción a algunas otras históricas en las que la Iglesia ha incurrido en función de conservar el estatus y el poder alcanzado. De hecho la misma Iglesia negó los descubrimientos de Galileo y de Darwin.
Pero la persistencia histórica de ese modo de reacción no libera a la jerarquía de la Iglesia en cuestión de su responsabilidad. La negación sistemática de los avances científicos únicamente ha conducido al sufrimiento de muchos y el fracaso de pocos ante la opinión mayoritaria.
Las opiniones vertidas esta semana sobre las razones de los problemas de abuso sexual a menores en la iglesia en cuestión son un ejemplo cristalino de esta tendencia.
Existen desde hace varios años avances en la ciencia de la conducta sexual que nos indican con claridad que la paidofilia es un problema de conducta sexual que: merece clasificación entre las enfermedades de la conducta; ocurre mayoritariamente entre personas heterosexuales; la enfermedad se acompaña de manifestaciones neurobiológicas que incluyen modificaciones en el funcionamiento cerebral; estas manifestaciones indican problemas en el desarrollo neurobiológico (no educativo) de las personas que prefieren o tienen interés sexual en los menores de edad; una menor inteligencia (entendida como la capacidad de procesar información y resolver problemas) que las personas sin ese gusto erótico por los menores; y finalmente es una condición de salud para la que existen tratamientos que logran controlar la enfermedad.
La tendencia de la Iglesia católica a buscar culpables fuera de su seno, combinada con su resistencia a encontrar la verdad en los esfuerzos de la ciencia, ha resultado ser una combinación mortal para la misma iglesia en cuestión.
La invitación está abierta, los que nos ocupamos de entender con la ciencia la vida sexual podemos ayudar a un grupo de seres humanos que entendemos está sufriendo, que hace sufrir a inocentes y que necesita entender lo que le sucede, a pesar de la negativa persistente de sus jerarcas.
Eusebio Rubio-Aurioles, Fundador y Director General de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C. (AMSSAC).

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